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sábado, 17 de octubre de 2015

¡YO, TE LLEVABA AL RIO!

Llegaste a mi vida, como llega
un confite a la boca de un niño
y, degusté tus labios en vena
buscando tu amante aliento tibio.
Acarició mi mano tu pierna
como si fuera frágil pistilo
y en el lugar donde dejé mi huella
brotaban rosas entre gemidos

Era una noche de primavera
que se encresparon los bravos ríos,
con sus riscos y piedras enhiestas
y las espumas en laberinto,
y mi piel y tu piel fueron fiesta
de tantos brincos y remolinos

Tu te quitaste marrón chaqueta,
yo, me quité la enagua de lino
y la loca luna en la pradera
se deslizaba  a su estilo
Las bridas de tus ardientes sedas,
se rompieron con el trote digno
¡De un gitano de purita cepa!
Con la mozuela llevada al rio;
y, estrujaste mis tiernas caderas
penetrando  a magno paraíso
¡Gritando como quien cae a ciegas!
¡A un sorpresivo hondo precipicio!
En la cúspide de ondas frenéticas,
te echaste a llorar como un chiquillo
¡Muerto de placer, sin vergüenza!
¡Me besaste fuerte, con delirio!

Luego de aquella intensa faena,
exhalando un último suspiro,
hablaste con Lorca en confidencia
inventando que tuve un marido.
El resto y demás, es otra cuenta
total… ¡El gusto siempre fue mío!
Pero la verdad fue, que en esa era
¡Fuí yo, la que te llevaba al río!



Beatriz Vicentelo 25.9.15
Derechos Reservados


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